Por qué

Albala

Un lugar para sanar, despertar y trascender el sufrimiento

Albalá es más que un nombre: es un símbolo de esperanza. En épocas de la Colonia, un albalá era una carta o cédula real otorgada a alguien que había cometido una falta no grave, ofreciéndole una segunda oportunidad. Inspirados en ese sentido profundo, elegimos llamarnos así: porque creemos que todas las personas merecen una nueva posibilidad para vivir en libertad y en paz consigo mismas.

Albalá es un lugar de oportunidades para trascender el sufrimiento, sin importar cómo se exprese: adicciones, depresión, ansiedad, trastornos de la conducta o alimenticios, estrés o pérdida de sentido. Lo que importa no es el síntoma, sino la disposición de la persona a mirar hacia adentro, a desaprender patrones que ya no le sirven, y a reconectar con lo esencial.

Aquí no atendemos pacientes. Recibimos estudiantes, personas que se reconocen como buscadores, dispuestos a hacerse cargo de su proceso y a reconectarse con su propósito.

Al elegir Albalá, eliges:

Albalá se define como una Escuela de Vida, porque aquí se aprende a volver a uno mismo, a asumir con responsabilidad y amor el propio camino, y a elegir una vida con más consciencia, libertad y sentido.

Si llegaste hasta aquí, no es casualidad.
Tu segunda oportunidad te está esperando.

Testimonios

Cada proceso deja huellas de vida. Nuestros egresados hablan desde el corazón: «Aquí encontré calma cuando más lo necesitaba», «Albalá fue mi espacio seguro para reconectarme conmigo», «Este camino me recordó cómo amar la vida».

Sus historias son nuestro mayor orgullo, porque reflejan que crecer desde el amor es posible.